Algunos nominados sufren la estatuilla hasta el momento final y otros la extravían
Las apuestas estaban hechas y, como todos los años, algunos de los nombres que se perfilaban claros ganadores en los Oscars 2015 no han defraudado. Julianne Moore, por Siempre Alice, era la indiscutible vencedora en la categoría de Mejor Actriz; al igual que Eddie Redmayne, por su actuación en Stephen Hawking, tenía todas las papeletas de llevarse la victoria a Mejor Actor por su interpretación, como así fue. Sin embargo, hasta el momento final nada se puede dar por sentado.
Sino que se lo digan a Boyhood que caminaba tranquila hacia el triunfo hasta que un peligroso Birdman fue premiado como mejor film del año por el Sindicato de Productores y terminó haciéndose con la estatuilla dorada a Mejor Película.
Tampoco las quinielas terminaban de apuntar ganador a la hora de decantarse por el Mejor Director entre las películas rivales, manteniéndose la incógnita hasta la gala, cuando el mejicano Alejandro G. Iñárritu subió a recoger su premio.
Birdman, con cuatro Oscars en su bolsillo, se proclamaba así la clara vencedora de la noche, aunque eso sí, empatando galardones con otra de las grandes apuestas El Gran Hotel Budapest que había ido tomando posiciones hasta conseguir 9 nominaciones, de las cuales obtuvo finalmente cuatro, entre las que se contaban Mejor Banda Sonora y Mejor Diseño de Producción.
Boyhood, que luchaba en las categorías más fuertes, se había ido desinflando y sólo subió a por un sólo premio, gracias a la interpretación de Patricia Arquette, como Mejor Actriz Secundaria. En contraposición J. K. Simmons se alzó con la de Mejor Actor Secundario por Whiplash, que competía también por la Mejor Película.
Una de las grandes ausentes en la recogida de los premios fue Invencible de Angelina Jolie, que no recibió ninguno, y tampoco lució demasiado la apuesta de Clint Eastwood con El Francotirador, que tenía 6 nominaciones, aunque sólo fue premiada por la Edición de Sonido.
Y es que a veces la victoria para ganar una estatuilla dorada está muy reñida, por lo que guardarla como oro en paño debería ser uno de los principales objetivos de sus dueños. Sin embargo, y por increíble que pueda sonar, han sido ya varios los galardonados que por descuido o accidente han extraviado sus Oscars en el pasado. Entre los más sonados de la lista figuran actrices como: Angelina Jolie o Whoopi Goldberg.
Y entre ellos: Marlon Brando, Matt Damon o Colin Firth. Despistes que se remontan muchas décadas atrás, desde el año 1938, y que llegan hasta nuestros días, siendo Jennifer Lawrence la última en sumarse en el 2013.
Son varias las anécdotas entre las que se incluyen robos, pérdidas o simplemente desentendimiento, por las cuales los premiados no tienen sus trofeos dorados luciendo en las estanterías de sus casas. Esperemos que ninguno de los nombres del 2015 se sume al grupo.